Planificar un viaje en moto (IV): equipaje y varios

Organizar el equipaje en la moto siempre es un problema a resolver. Gestionar el equipaje para un viaje de varios días es complicado; contamos con una capacidad de carga determinada y escasa, aunque hayas añadido a tu moto todo tipo de accesorios diseñados para llevar cosas. Y se complica aún más si viajáis dos.

Igual que en el resto de la serie de artículos dedicados a la planificación de un viaje en moto, no sé decir cual es la mejor opción, pero sí sé cual es la que mejor nos funciona a nosotros. Sin embargo, en el caso del equipaje sí hay un consejo aceptado por todo el mundo: lleva lo que vayas a utilizar y olvídate de lo accesorio y/o innecesario.

Organizar el equipaje en la moto cuenta con tantas soluciones como motoristas hay o más; nosotros, por ejemplo, a lo largo del tiempo hemos variado nuestra posición al respecto. Utilizo nuestro ejemplo para mostrar diferentes posiciones en cuanto a la organización del equipaje y el porqué de nuestro cambio de opinión.

En el año 2017, año en que atravesamos Italia para llegar a Sicilia, pasamos por un punto de inflexión en este tema: hasta entonces, cada viaje intentábamos meter más y más cosas, aprendimos mil formas de organizar y doblar la ropa para aprovechar el espacio y en ese viaje conseguimos meter una cantidad sorprendente de cosas en las 3 maletas más la bolsa sobre depósito.

¿Cabrá todo?

En un primer momento quedamos muy satisfechos, de hecho yo, que soy poco dado a poner cosas en Facebook, puse fotos de antes y después de organizar el equipaje; la verdad es que me quedé muy sorprendido.

Como puede verse en las fotos, la cantidad de cosas que conseguimos colocar en el espacio disponible es impresionante; de todo lo mostrado en la primera foto, solo quedó sin poder meter una camiseta y un par de calcetines; lo demás, iba en el equipaje.

Sin embargo, a medida que iban pasando los días recorriendo Italia, me di cuenta que estábamos equivocados, no era buena idea ir tan cargados, sobre todo por el peso extra que soportaba la moto y lo complicado que se hacía manejarla en lugares estrechos como calles de pueblos y porque llegó un momento en que no podíamos comprar ni un llavero de recuerdo porque no quedaba sitio dónde colocarlo.

Estas disquisiciones finalizaron con una parada de 3 días en Roma, en un bungalow de un camping que tenía una lavandería fantástica. Y con ellas llegamos a la que será nuestra solución en adelante: en un par de días buscamos una agencia de transporte internacional, preparamos una caja con algo de ropa, algunos de los recuerdos que habíamos comprado, algún artilugio más que ya nos habíamos convencido que no era necesario y lo enviamos todo de vuelta a casa. Resultado: espacio en las maletas y la moto volvía a responder como lo hacía habitualmente.

Sí, ha cabido

En mi opinión, la mejor solución para organizar el equipaje en la moto convenientemente y sin excesos: ropa justa para la mitad del viaje y hacer coincidir esta mitad con un sitio en el que tengas la posibilidad de lavar la ropa (bien en un apartamento con lavadora, bien en una lavandería de calle, bien en un camping con este servicio , etc.) y, si es necesario, preparar un paquete con ropa que veas como sobrante, con los recuerdos y regalos comprados hasta el momento y cualquier otra cosa que puedas determinar como superflua y enviarlo a casa a través de una agencia de transporte internacional.

Espacio por todos lados, no tienes la pelea diaria de montar las maletas, puedes comprar alguna cosilla algo más grande que un imán para la nevera y sobre todo la moto vuelve a ser la de siempre.

Hay quien recomienda llevar camisetas viejas, de publicidad, en definitiva, que no utilices y las vas tirando según las uses. No sé, a mi no me cuadra porque si tengo alguna camiseta que entra en esa categoría, no creo que llegue hasta el próximo verano en el cajón, la tiro antes, pero no deja de ser una idea. También hay quien recomienda comprar ropa interior de usar y tirar; yo no lo he probado nunca, pero me genera alguna duda la comodidad de esas prendas teniendo en cuenta el roce exhaustivo durante los kms. y horas de cada etapa, encima con calor habitualmente.

Sin embargo, soy consciente de que esa conclusión puede ser válida en unas circunstancias determinadas: nos movemos por Europa, lo que implica que encuentras servicios de lavandería y agencias de transporte en cada esquina, no sé si sería fácil de encontrar en determinados países o continentes. Por eso desde el principio he querido dejar claro cuál es nuestro ámbito y circunstancias al viajar en moto.

Para organizar el equipaje en la moto, el contar con espacio hace que tenga menos importancia cómo lo colocas. Ya que no es necesario aplicar un criterio “por prioridad uso”; hay espacio y no queda nada inaccesible. Sin embargo, sí aplicamos una simple ordenación para facilitar un cierto orden y poder localizar las cosas:

  • una maleta lateral para cada uno: para ropa, aseo, etc.
  • maleta trasera para servicios generales: calzado, trajes de agua, ropa de abrigo, accesorios en general tipo rejillas, pulpos o similares, recuerdos y regalos, etc.
  • bolsa sobre depósito para servicios especiales: cámaras de video/foto, comida, documentación, mapas, cargadores, regalos, etc.

Varios

En esta sección voy a detallar algunos aspectos que me parecen interesantes y que quedan fuera de las secciones anteriores. Básicamente son reflexiones y preferencias personales sobre aspectos relacionados con viajar en moto pero que no son «críticos» para viajar.

Accesorios, entre todos los accesorios útiles para viajar que hay en el mercado hay dos que considero por encima de todos. Sé que hay un motón de «chuches» para ponerle a las motos y cada uno sabe de sus posibilidades económicas y lo que quiere llevar o no en su moto para hacer un viaje. Podría prescindir de casi todo, solo dos accesorios considero casi indispensables:

  • intercomunicadores, tanto para entretenerte un poco con música en los trayectos en los que no puedes evitar circular por carreteras aburridas como para despertar a la copi y comentar algo del camino.
  • bolsa de malla metálica, este artilugio nos ha permitido disfrutar de algunas de las horas más agradables en el viaje. Si haces una parada en plena ruta en la que puedes dedicar un tiempo a visitar un determinado lugar, centro histórico, monasterio escondido, o lo que sea, te permite no tener que cargar con chaquetas, espalderas, bolsa sobre depósito, cascos, etc. y dejarlo todo a buen recaudo. Al menos yo, sin la bolsa para dejar todas esas cosas, no me planteo una visita, no estaría tranquilo dejando en la moto cosas sujetas con una rejilla sin más y mucho menos me planteo un visita cargando con todo ello. Sin embargo, conozco mucha gente que no confían en ese tipo de bolsas; pero de eso se trata: que cada cual actúe de acuerdo a sus preferencias.

Seguridad, en tres aspectos:

  • Física, por todos lados dicen que hay que ir correctamente equipado por la posibilidad de que si sufres una caída, te hagas más daño al estar menos protegido y coincido plenamente. Sin embargo, he de confesar que en una ocasión, entre la posibilidad anteriormente citada y la seguridad de quedar consumido y seco como una momia dentro de mi flamante chaqueta de verano, he optado por el margen que proporciona la posibilidad en lugar de la certeza de la seguridad y he circulado en camiseta. En mi descargo he de decir que estábamos en a unas temperaturas muy altas; aquello no era una ola de calor sino que Satanás se había dejado abierta la puerta de su sauna.
  • Sanitaria, imprescindible tarjeta sanitaria europea (que funciona, lo puedo decir con conocimiento de causa), sobre todo si, como es mi caso, te mueves por Europa, porque sospecho que en otro continente tenga menos utilidad. Un seguro médico y de asistencia en el extranjero también es muy conveniente, sobre todo si planeas contraer alguna enfermedad en esos días.
  • Material, en este tema solo aplicar la lógica, lo mismo que haces aquí en casa. Lo cierto es que no he visto demasiados ambientes raros ni peligrosos, claro que tampoco los voy buscando; en cualquier caso, pues no hacer alarde de billetes, no dejar cosas sueltas por encima de la moto, llevar el dinero repartido en diferentes sitios, descargar la moto cuanto antes, tener la documentación en un lugar accesible pero con poco riesgo de pérdida y que puedas llevar encima en todo momento, etc. Pero en general, siempre me he sentido por ahí fuera bastante seguro y con poco riesgo.

Recuerdos, hace unos años me empezó la manía de encargar cosas como tazas, bragas o buffs, etc… como recuerdo de los viajes y incluso en alguno hicimos unas camisetas para estrenar en ruta. Nosotros lo pedimos en Chick to Chick (saben lo que hacen).

Es una tontería, pero me resulta simpático y cada vez que uso las tazas me viene un pequeño recuerdo del viaje en cuestión.

Revisión de la moto, muy importante realizar una revisión a fondo de la moto antes de viajar.Si eres lo suficientemente manitas como para hacerte las revisiones, pues bien, pero si no, no hay que ahorrarse a visita al mecánico y no intentar ahorrar unos euros, como hice en una ocasión.

El primer viaje con la Pan-European ST1100 lo hicimos por España, subiendo al Valle de Aran, luego siguiendo los Pirineos hasta Port-Bou, de allí a Cádiz y vuelta a Madrid; por aquello de ahorrar un poco y viendo que al neumático trasero aún le quedaban unos kms y que si le apuraba un poco podría llegar a Cádiz sin problema; podría cambiarlo allí dado que parábamos unos días.

Salí a la carretera y no lo cambié, pero por la zona de Riópar, el parque natural del río Mundo y la sierra de Cazorla me encontré con carreteras que se comieron lo que quedada de rueda. Cuando llegué al final de la etapa y vi cómo estaba: no quedaba más remedio que cambiarla. Pero era viernes, al día siguiente sábado por la mañana de agosto, no había talleres abiertos, en uno dedicado a ruedas que encontramos en un pueblo no tenían para mi moto y me indicaron que fuese a Úbeda, que era más grande y había más talleres.

Total que nos salimos de la ruta fuimos para allá, pero estaba todo cerrado (sábado y agosto), total, a esperar al lunes y recorrer talleres pero ninguno tenía para mi moto, tenían que pedirlo y tardaba mínimo un día. Al final dimos con un taller que se enrolló, sacó un neumático usado que tenía para tirar, aunque aún le quedaban unos 3 ó 4 mil kms y me lo puso, solo me cobró la mano de obra.

Conocimos Úbeda, no estuvo mal, pero no era lo que teníamos previsto y podría haberlo evitado si no hubiese sido tan “ahorrador”.

Herramientas y repuestos, desde que empecé a montar en moto me he hecho una pregunta respecto a las herramientas y repuestos necesarios a la hora de salir de viaje: ¿pa’qué?.

De mecánica, lo único que sé realizar es el test BR (Before Run) consistente en introducir un adminículo alargado en una ranura creada al efecto y que al girarlo dentro de esa ranura mientras das gas genera un resultado: la moto arranca o no. Pero debo ser un bicho raro, la mayor parte de la gente que conozco sabe hacer «cositas» en la moto; me da cierta envidia, pero no me decido a quitar su medio de vida a mi mecánico.

Día a día, En cuanto a cómo organizar el día a día, principalmente horarios, quizá un ejemplo real ilustre correctamente mi idea respecto al horario:

En unos de los viajes que hicimos junto a Manolo y Merche, por la noche, tras la cena y las copas o el paseo de rigor, justo antes de ir a dormir iniciábamos un ritual que se mantuvo invariable durante todos los días: alguien preguntaba «¿mañana a qué hora?«, yo respondía «a las 7″, entonces me invitaban a disfrutar de los placeres sodomitas, me caía alguna colleja y algún que otro improperio, incluso una vez un escupitajo, tras lo que otro sentenciaba «a las 9 en la cafetería» y nos despedíamos hasta el día siguiente.

Quiero decir con esto que mi idea del día de ruta consiste en madrugar, un contundente desayuno y salir pronto a la carretera para aprovechar las horas más frescas para hacer kms. y cuando el calor empieza a apretar de verdad estar casi en el destino, pero parece que hay otras opciones igualmente válidas que, defendidas a golpe de colleja, resultan más admitidas en la práctica.

Paradas en ruta para descansar, la DGT recomienda parar y descansar al menos 10 minutos cada 2 horas o 200 kms. Por provenir de la DGT, ya me parece un consejo sospechoso. En cualquier caso, pienso que estas cosas se “hacen con el culo”: cuando empiezas a tener sensación de ingravidez porque tienes el culo acorchado y no notas que sigues apoyado en el asiento de la moto y parece que levitas, es el momento de parar.

Respecto a esto, casi todos los expertos en este tema hablan de aprovechar esas paradas para consumir alguna bebida isotónica. He consultado la RAE y obtengo esta definición de bebida isotónica en su tercera acepción: «Dicho de una bebida: Que contiene azúcares y sales minerales con la misma presión osmótica que la sangre y se emplea para reponerse de un ejercicio físico intenso«.

Investigando un poco más leo en una web que: «la mayoría de las cervezas son isotónicas, es decir, que tienen la misma presión osmótica que los fluidos corporales» ( http://plinios.tripod.com/cerveza.htm)

De todo esto deduzco que todos esos expertos a los que antes aludía están recomendando apañarse una cerveza cada 200 kms. Pues bien, no hagáis caso, salvo que sea cerveza sin alcohol, aunque eso es un brebaje poco recomendable. Ahora bien, una vez llegado al punto final de la etapa del día, mi recomendación es recuperar esos azúcares y sales minerales sin demora y a ser posible en exceso para tener reservas para la siguiente etapa.

Parte III

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