Esta ruta Territorio de Bandoleros une los diferentes puertos de montaña de las sierras del Guadarrama, Somosierra y Rincón; unos puertos quedan en la provincia de Madrid y otros en la de Segovia. No es una ruta larga, alrededor de 150 kms., pero si optas por parar, conocer, fotografiar y patear los muchos lugares interesantes que hay a lo largo de la ruta, es recomendable hacerla en dos días; Rascafría o Miraflores pueden ser buenos sitios para pernoctar.
Buscando información sobre los puertos he visto que hay un denominador común en toda la zona: era territorio de bandoleros.
Este hecho da nombre a la propuesta de ruta y me permite recoger anécdotas, historias y leyendas de bandoleros y territorio recorrido y contar alguna de ellas relacionada de alguna forma con cada uno de los puertos que componen la ruta.
Para empezar, una pequeña incursión en la situación de la comarca que arranca en la edad media con la repoblación tras la reconquista de la zona central de la península.
Desde la conquista de Madrid por Alfonso VI en 1083-1085 aparecían por la zona partidas de moriscos musulmanes de Toledo que vivían del pillaje. Posteriormente, en 1273, Alfonso X empieza a conceder privilegios a los moradores de la zona que protegían a los viajantes de las cuadrillas de moriscos que aún permanecían en la zona y de los bandoleros que ya hacen su aparición.
Llegado el siglo XIV nacen los Caballeros Quiñoneros de Segovia; se trata de grupos de jinetes armados que acompañados de sus mujeres y escuderos se encargaron de la repoblación y defensa de la zona así como de impartir de justicia sin necesidad de consultar con la corte, tenían derecho de “horca y cuchillo”. A diferencia de los caballeros de linaje, los quiñoneros podían compatibilizar su condición de caballero con otro oficio manual, la única exigencia era que mantuviesen su caballo y sus armas.
El puente del Perdón y la Casa de la Horca en Rascafría son pruebas de la actividad de este grupo armado. El reo era llevado al puente del Perdón dónde le esperaban 4 caballeros (representado a cada una de las cuatro cuadrillas en que se había dividido el valle), éstos interrogan al preso y escuchan sus alegaciones convirtiéndose así en su última oportunidad para demostrar su inocencia o, al menos, obtener el perdón de los captores (de ahí el nombre del puente). Si había 3 votos en contra de su inocencia o perdón, se le llevaba a la Casa de la Horca donde se aplicaba la pena que indica el nombre; en otro caso, se le ponía en libertad.
Puerto de la Cruz Verde
Iniciamos la ruta en la Cruz Verde. En el mapa insertado al principio de la entrada se pasa también los puertos de Abantos y Malagón, pero alguna información que he visto parece indicar que el firme puede que no esté practicable. Como aún estamos en confinamiento, no puedo ir a comprobarlo por lo que he optado por saltarlos a la espera de poder pasar por allí para verificar el estado de la carretera.
Este puerto, seguramente zona de paso de bandoleros, no ha dado lugar a leyendas relacionadas con bandoleros de antaño, sin embargo, en la actualidad es un punto de reunión de «delincuentes» modernos (nótese el tono irónico del comentario) que cada fin de semana se juntan allí a lomos de sus monturas de dos ruedas para compartir experiencias, conocimientos y risas.
Alto del León
O puerto de Guadarrama son, entre otros muchos, nombres del mismo paso, algunos de los cuales han sido a lo largo de la historia: Balat Humayd, Valtome, Baratome, Valathome, Tablada, Puerto de la Campanilla, Puerto de los Leones y Puerto de los Leones de Castilla.
Entre los muchos bandoleros que campaban por la zona, destaco la presencia de «la Tuerta», por ser la única mujer dedicada a estos menesteres por la zona.
Bastante menos conocida que otros de sus colegas como Luis Candelas, Juan Plazas, Paco «el Sastre» o Antonio Sánchez alias “Chorra al Aire”; de hecho se conoce algo de ella gracias a los escritos de George Borrow “Jorgito el inglés”, escritor especializado en la vida y cultura gitana y traducido por Manuel Azaña.
Cuenta “Jorgito” que para documentar sus escritos contactó con una de las gitanas más “aguerridas” de Madrid: la Pepa, la cual le presentó a sus dos hijas: La Tuerta y la Casdami. En sus conversaciones, la Tuerta contó que ejercía su profesión de asaltadora de caminos por la zona del puerto del León, siempre disfrazada de hombre.
Le habló también de una ocasión en que, junto a otros colegas del sector, fueron a robar a un anciano del que sabían que guardaba una cantidad importante de dinero. El anciano, viejo pero corajudo, no desveló el escondrijo a pesar de las torturas que le infligieron los maleantes a base de cortes y quemaduras.
Llegados a este punto sin resultados, la Tuerta puso en marcha un acto que deja al “águila de sangre” vikinga (expuesta claramente en la serie Vikingos) a la altura de un masaje algo brusco: le restregó los párpados con guindilla; evidentemente por dentro, que jode más.
Aunque Borrow no lo especifica, es de suponer que el abuelo lloró como un niño pequeño, pero aún así se negó a jugar al “frío/caliente”, con lo que los forajidos, frustrados y de la mala leche, determinaron matarle. Sin embargo, a «la Tuerta» el coraje y valentía del prisionero la conmovieron hasta el punto de perdonarle la vida y sentenciar que su actitud le hacía merecedor de ser su marido si no fuera por que era muy viejo.
Puerto de Navacerrada
Continuamos hacia el puerto de Navacerrada para lo cual es necesario pasar a la provincia de Segovia y acometer el puerto desde la Granja de San Ildefonso y subiendo las famosas «siete revueltas».
Por este puerto y sus alrededores merodearon muchos bandoleros de renombre como Pablo Santos “el bandido de la Pedriza”, Francisco Villena “Paco el sastre”, Fernando Delgado Sanz “el Tuerto Pirón” y en menor medida Luis Candelas, ya que principalmente actuaba en la capital. Las zonas limítrofes, sobre todo la Pedriza, proporcionaban cobijo a los bandoleros por su intrincada orografía, sus cuevas y chozas de pastores abandonadas.
Francisco Villena, apodado “Paco el sastre” por haberse dedicado a ese oficio con su padre en Madrid, fue compañero de Luis Candelas en algunas tropelías y terminó organizando su propia banda que operaba sobre todo por la Pedriza. Se cuenta que secuestró a una joven de familia pudiente de Madrid y la llevó a la Pedriza; la dejó a buen recaudo a cargo de dos miembros de la banda. Éstos, es de suponer que presa del aburrimiento de su escondrijo serrano, encontraron que la joven secuestrada podría “entretenerles”, pero no llegaron a un acuerdo respecto a la prioridad de cada uno.
Finalmente, como no podía ser de otra manera, uno de ellos venció la disputa pero los gritos de auxilio de la joven ablandó el corazón del perdedor que atacó de nuevo al compañero dejándolo muerto y salvando a la joven secuestrada. Por supuesto, la pelea le había dejado exhausto y con pocas ganas de «entretenerse», con lo que la joven quedó a salvo.
A la vuelta de Paco el Sastre, tras enterarse del percance, sentenció que el muerto bien muerto estaba y conminó al otro vigilante a llevar el cadáver al Cancho de los Muertos para despeñarlo allí, simulando el castigo que se aplicaba en ese lugar a los traidores. Tras arrojar el cadáver, Paco el Sastre decidió que el superviviente también era merecedor del mismo castigo, con lo que le propinó un empujón para arrojarle al vacío, sin embargo, el bandolero se agarró a la pierna del jefe arrastrándolo con él y muriendo ambos.
La banda descabezada entró en desbandada y dejaron abandonada a la secuestrada que estuvo vagando perdida por la zona hasta que la encontró un cabrero apodado “el Mirlo” o “el Mierlo”, el cual se hizo cargo de ella y la llevó a Madrid con su familia. Los progenitores de la joven, de buena situación económica, intentaron recompensar al salvador de su hija, pero el cabrero rechazó recompensas y favores y volvió con sus cabras.
Sin embargo, poco tiempo después el “Mierlo” también murió de forma violenta en el mismo sitio. Cuenta la leyenda que fueron algunos de los miembros de la banda que consumaron su venganza pensado que el cabrero les había delatado tras entregar a la joven secuestrada.
Pero no acaba aquí la historia, hay una referencia de un juez de Primera Instancia de Cebreros que indica que la joven también murió despeñada en el Cancho de Muertos. Durante mucho tiempo su esqueleto vestido con ricas ropas causaba horror a los pastores de la zona, hasta que alguno se atrevió a descender hasta los restos y encontró una gran cantidad de monedas de oro cosidas al vestido.
Esta historia la he encontrado también con otro protagonista: según algunas fuentes los hechos ocurrieron siendo el protagonista un tal Barroso. Otras fuentes señalan a Pablo Santos como el jefe de la banda, pero en este caso no cuadra con las informaciones que detallan la muerte del bandolero a manos de su lugarteniente Isidro «el de Torrelodones» por diferencias (grandes, por lo visto) en el reparto de un botín.
Puerto de Cotos
Arriba del puerto de Navacerrada torcemos a la izquierda por la SG-615 para dirigirnos al cercano puerto de Cotos.
Esta zona, junto a Navacerrada, el valle de la Fuenfría, Siete Picos y los alrededores de la capital son frecuentadas por Manuel Antonio Rodríguez alias “el Rey de los Hombres”, su segundo Juan de Nieva “Cabeza Gorda” y del resto de su banda.
Esta banda se caracteriza por su extremada violencia con resultado de muertes, violaciones, maltratado a las víctimas, etc. Efectivamente era una banda violenta y aguerrida, diversas fuentes describen un enfrentamiento en 1792 entre la banda y los hombres de la justicia de Navacerrada y Cercedilla junto a más de 400 vecinos y algunos soldados. La banda hizo frente a los perseguidores con una feroz resistencia. el enfrentamiento terminó con los bandoleros detenidos o abatidos.
Posteriormente, en 1799, fueron detenidos de nuevo “el Rey de los Hombres”, “Cabeza Gorda” y algunos de los hombres de la banda, varios de ellos fueron sentenciados a muerte por horca y sus cuerpos descuartizados y colocados en palos a lo largo de “caminos públicos y acostumbrados”.
Puerto de la Morcuera
Para llegar a la Morcuera hay que pasar por Rascafría, zona eminentemente «quiñonera» con su puente del Perdón y la casa de la Horca, como indicaba en la introducción. El descenso desde Cotos consiste en una estrecha carretera preciosa y revirada, pero con bastante tráfico de coches y muchas bicicletas.
Hay pocas referencias a este puerto y su relación con los bandoleros serranos, prácticamente lo único que se encuentra es una referencia a las Peñas de los Ladrones como lugar frecuentado por el “Tuerto Pirón”.
En la actualidad no hay ningún lugar que se identifique por ese nombre, sin embargo, Julio Vías en sus Memorias del Guadarrama, sitúa este paraje “junto a la Angostura del Purgatorio”. Tiene su lógica, puesto que desde ese punto se controlan dos vías de comunicación importantes: el camino hacia el Paular y el camino paralelo al río Aguilón.
En resumen, parece que lo que hoy se conoce por Alto del Purgatorio (en google maps aparece la cascada del purgatorio, pero no el alto, por lo que debe aparecer únicamente en mapas especializados) podría ser lo que en la época de los bandoleros se conocía como “Peñas de los bandidos”.
Puerto de Canencia
Bajamos la Morcuera hasta Miraflores de la Sierra para iniciar la subida al puerto de Canencia. También es zona de muchas bicicletas, sobre todo la bajada desde la Morcuera, con lo que hay que extremar las precauciones. Tanto la subida como la bajada del puerto son, en mi opinión, de las zonas más bonitas.
Tampoco se encuentra mucha documentación de la relación de este puerto con los bandoleros, pero sí se sabe que era una zona frecuentada sobre todo por “el Tuerto Pirón“.
Se sabe de los deseos del bandolero de cometer robos en Canencia y envía a uno de sus hombres de confianza, un tal Barroso, a vigilar y estudiar el terreno. Descubierto por la Guardia Civil, se enzarzan en un tiroteo que termina con Barroso herido de muerte. Esto hace que “el Tuerto Pirón” escape y se esconda en la sierra.
A consecuencia de estos hechos, Calleja Guijarro escribió un romance sobre Fernando Delgado, “el Tuerto Pirón”, en el que aparecen los versos:
Cuando el Tuerto se enteró,
puso por medio la Sierra.
Ya podéis dormir tranquilos,
ganaderos de Canencia.
También existe una coplilla que hace referencia a este pasaje:
Mientras existan tocones,
le van a coger al Tuerto
¡Por los cojones!
Puerto de Navafría
Este puerto, junto al de Canencia, como decía conforma una de las zonas más bonitas del recorrido, en mi opinión. Se inicia el ascenso desde Lozoya por una revirada carretera entre altos pinos característicos de la comarca. Aquí entramos de nuevo en la provincia de Segovia.
El puerto de Navafría era parte del territorio frecuentado por el “Tuerto Pirón” de nombre Fernando Delgado Sanz, natural de Santo Domingo de Pirón en Segovia. Se dice que, al estilo de Robin Hood, entregaba parte del botín de sus fechorías a los más necesitados, aunque esto es casi una constante en las leyendas de casi todos los bandoleros y posiblemente incierto en la mayor parte de los casos. Es generoso en el reparto con sus compinches, no es violento y evita el derramamiento de sangre.
Además, a la vista de sus correrías, podría ser el percusor de la serie televisiva “Prison Break”, dado que es protagonista de innumerables fugas en las diversas cárceles en las que fue acogido. Como ejemplo, la fuga de la cárcel de Segovia a la que fue trasladado desde la de Colmenar.
El 31 de enero de 1882, pone en marcha su fuga junto con otros dos presos, suben al tejado abriendo un agujero en el techo y se descuelgan al exterior mediante una cuerda confeccionada con sus propias ropas y madejas de lana utilizadas en la cárcel para hacer ropas de abrigo, medias y bolsas.
La sujetan alrededor de una chimenea teniendo la precaución de colocar un sombrero en el borde de las tejas para evitar el roce y la consiguiente rotura de la cuerda (algo que los guionistas de hollywood han pasado por alto en todas y cada una de las ocasiones en las que algún protagonista necesita escapar de algún lugar descolgándose por una cuerda, eso sí, alcanzan una alta tensión narrativa por la incertidumbre de si se romperá la cuerda o no).
Sin embargo, aquella noche invernal se produce una gran nevada, con lo que la persecución se facilita siguiendo la huellas en la nieve. Aún así, tardaron unos días en capturarlos.
Tras varios episodios de fugas de prisiones y escapes estando sitiados por la Guardia Civil mediante ingeniosas maniobras, es detenido y trasladado, entre otras a la cárcel de Ceuta. De allí, cuando el penal es suprimido, le llevan a la cárcel de San Miguel de los Reyes en Valencia, donde muere a los 68 años.
Puerto de Somosierra
Cambiamos de sierra y pasamos a la de Somosierra para llegar a su puerto principal. Para ello, alcanzamos la N-110 que nos lleva hasta Santo Tomé del Puerto donde iniciamos el ascenso a Somosierra por una «domesticada» A1. El paso por el puerto exige salir unos pocos kms. de la A1 y pasar por el pueblo de Somosierra; si vas con tiempo, puede ser un buen sitio para refrescarse, si no lo has hecho antes.
Por la zona del paso de Somosierra inició sus andanzas el bandolero Antonio Sánchez, alias “Chorra al Aire”. Fue uno de los muchos casos de guerrilleros forjados en la lucha contra el invasor francés que tras la guerra de la independencia se convirtieron en bandoleros.
Nacido en Torrejón de Ardoz, su participación en la guerra en la zona de Somosierra consistían principalmente en interceptar a los correos de las tropas invasoras formando parte de la partida de guerrilleros de Vicente Sardina. Tras la contienda, desengañado por las promesas incumplidas, junto a la partida de hombres de la que formaba parte, se dedicó a robar diligencias y asaltar viajeros que atravesaban el puerto, además de otros desmanes.
“Chorra al Aire” es considerado uno de los bandoleros más sanguinarios, no le importaba utilizar la violencia para conseguir sus fines, lo cual, junto a su curioso apodo, conforma una estampa alejada de la imagen romántica del bandolero de pañuelo y trabuco trotando a lomos de su caballo por las sierras españolas.
Puertos de la Hiruela y la Puebla
Tras bajar Somosierra, en la Acebeda, enfilamos hacia la M-139 que nos llevará a Cardoso de la Sierra desde donde ascendemos a la Hiruela y la Puebla. Otra de las zonas más bonitas, siempre en mi opinión. Aquí se nota el contraste del silencio y la tranquilidad con la vorágine de la capital y las zonas más habitadas de los alrededores de Madrid y las zonas de la sierra más visitadas por los madrileños.
Estos puertos forman parte de la Sierra del Rincón, situada entre las sierras de Ayllón y la de Guadarrama. Hasta hace no muchos años había gente que no había salido nunca de la comarca, en este aspecto, podría compararse con las Hurdes.
Su situación apartada y de difícil acceso hizo que la zona quedase aislada desde hace mucho tiempo. Tanto es así, que romanos y árabes ignoraron la zona por su escasa posibilidad de utilización para pastos o comunicaciones, dado lo intrincado del terreno.
Por esa misma razón, deduzco, los bandoleros serranos no frecuentaban la comarca para cometer sus desmanes: la poca gente que había no tenía nada que robar, no era zona de paso de comerciantes que volviesen de vender sus mercancías en Madrid, etc. Sin embargo, sí era una zona que utilizaban los bandoleros para esconderse y escapar cuando eran perseguidos.
Buitrago del Lozoya
Termina la ruta en Buitrago del Lozoya, precioso pueblo en el que destaca su recinto amurallado y centro está declarado como bien de interés cultural. Su casco urbano se asienta sobre un promontorio que forma una curva en herradura sobre el río Lozoya. Es un lugar con mucha historia, que bien merece una visita.
En la relación con los bandoleros, indicar que en las primeras andanzas del «el Tuerto Pirón» ejercía como cuatrero y el ganado que robaba lo vendía posteriormente en Pinilla y Buitrago.
En una recopilación de leyendas e historias de bandoleros no puede faltar una referencia a Luis Candelas, el más famoso de los bandoleros de Madrid, aunque se dejaba ver poco por las sierras, prefería la capital; algunas fuentes indican que Luis Candelas y Pablo Santos, compañeros en algunas tropelías, se repartieron el territorio: la sierra para uno y la ciudad para el otro.
Nace el bandolero en 1804 en Lavapiés en el seno de una familia sin problemas económicos y que le proporcionó educación en el colegio de San Isidro. En su época adolescente ya empezaba a tener clara su vocación pendenciera aunque estaba equivocado en las formas: si le daban algo devolvía el doble de lo que le daban. Como muestra, un episodio con uno de los curas del colegio que le dio una bofetada y Luis Candelas le devolvió dos y, consiguientemente, fue expulsado.
Su primera etapa de delincuente se dedicó a conquistar mujeres y vivir a su costa. Era bien parecido, cuidaba su aspecto y tenía buenos modales cuando quería, lo que le sirvió de mucho en estos menesteres.
También fue conocido como “espadista”, porque utilizaba la ganzúa para perpetrar su robos y , posiblemente, fue fuente de inspiración para el personaje de “Mortadelo” por sus variados e imaginativos disfraces.
De hecho, uno de sus principales disfraces le llevó a asumir la personalidad del indiano Luis Álvarez de Cobos (con su caracterización física y documentación falsa), personaje de mucho dinero ganado en las Américas que le permite codearse con las clases adineradas y conocer su vida y negocios para luego robarles en su faceta de Luis Candelas.
También se hizo famoso por sus numerosas fugas gracias a sus contactos: contaba con una red de espías que sobornan a sus captores para facilitar la fuga.
Su último golpe se realizó en la cas de la modista de la Reina Regente María Cristina, golpe que produjo grandes beneficios a la banda, sin embargo, la alarma que este robo causó hizo que todas las fuerzas del seguridad del país se pusieran a la caza del bandolero.
Murió el día 6 de noviembre de 1837 en la plaza de la Cebada, donde se congregó una gran cantidad de personas para ver la ejecución de la sentencia a muerte por garrote vil.
Como estamos confinados no he podido salir a hacer fotos de los puertos, así que las he bajado de internet. Espero no conculcar derechos de autor, si así fuera, quitaré la foto afectada en cuanto se me comunique. En cualquier caso, una vez nos den «suelta», llevaré a la fotógrafa del blog a todos esos puertos para sustituir estas fotos por las propias.